domingo, 19 de octubre de 2014

¿ES MORAL EL DIAGNÓSTICO PRENATAL?

Si el diagnóstico prenatal sirve para detectar alguna enfermedad y curarla, es moralmente lícito. Lo que ocurre es que son poco los diagnósticos que tienen un fin terapéutico intrauterino o el nacimiento.
El diagnóstico prenatal está en conexión directa con el aborto selectivo, es decir, la decisión de interrumpir el embarazo ya sea por detectar, mediante el diagnóstico, anomalías en el feto o bien que el mismo posee el sexo no deseado.


La amniocentesis es una de las técnicas de diagnóstico prenatal más utilizadas: sirve para verificar cómo está yendo el embarazo y la salud del feto. Algunas técnicas de diagnóstico prenatal son no-invasivas (por ejemplo, el triple screening y la ecografía); otras son invasivas (como la amniocentesis y la biopsia de corion). La amniocentesis se realiza generalmente entre la 15ª y la 18ª semana de embarazo y consiste en introducir una aguja en el útero, con orientación ecográfica, y retirar una muestra del líquido que envuelve al feto (o líquido amniótico). En el líquido amniótico retirado, existe una gran cantidad de células de descamación del feto, que se analizan para detectar eventuales patologías.

 Existe un riesgo directo y uno indirecto de estas pruebas. El directo es el riesgo de muerte cuando es sometido a pruebas invasivas como la amniocentesis o las biopsias coriales. Este riesgo será desproporcionado cuando lo que se trate de diagnosticar sean enfermedades incurables que no aporten ningún beneficio para la salud del feto, valga como ejemplo el síndrome de Down que es la indicación más frecuente. El indirecto es que alguien, tras los resultados, pueda decidir que no merece nacer. El embarazo que se somete a pruebas de diagnóstico prenatal suele ser un embarazo deseado y suele dejar de serlo si el resultado no es favorable.
Los padres se encuentran ante una decisión dura y ante la cual se los deja solos. La presión del miedo ante la enfermedad del hijo, les hace decidir el aborto, el aborto eugenésico, cuya legitimación en la opinión pública procede de una mentalidad que scoge la vida sólo en determinadas condiciones, rechazando la limitación, la minusvalidez, la enfermedad (EV.14)